[lwp_divi_breadcrumbs home_text=”Inicio” font_icon=”5||divi||400″ link_color=”#4677F7″ separator_color=”#4677F7″ current_text_color=”#2D4456″ _builder_version=”4.13.1″ _module_preset=”default” text_orientation=”left” custom_margin=”||||false|false” custom_padding=”||||false|false” global_colors_info=”{}”][/lwp_divi_breadcrumbs]

ENTORNO SOCIAL Y JÓVENES

Mientras que la diabetes de un niño depende de sus cuidadores, la diabetes de un adolescente depende de sí mismo. El adolescente merece especial atención, debido a que en esta etapa de la vida es común que haya un mal control de la condición entre otras cosas por el cambio hormonal normal y las connotaciones de el paso de niño a adolescente. Preocupaciones inherentes a la diabetes como la dependencia a la insulina, el miedo a descompensarse y ocultar su condición de diabético por miedo al rechazo pueden desencadenar problemas para relacionarse con sus pares y realizar actividades, deportivas o sociales propias de la edad. En adolescentes con diabetes, el desarrollo sexual puede hacerse más problemático de lo que normalmente es. Por otra parte, las adolescentes con diabetes tienen más riesgo de sufrir trastornos alimenticios (anorexia, bulimia) que los no diabéticos y el asistir a fiestas y eventos donde tienen contacto con el alcohol y el tabaco, es un factor que tampoco ayuda. Todos estos problemas sociales pueden interferir con su desempeño académico y social y hacerlos entrar en un círculo vicioso cuyo principal desenlace es, el descuido de su diabetes y por consiguiente, un mal control de ésta sumado a trastornos de adaptación que pueden convertirlo en un adolescente problemático y rebelde. Es posible que durante la adolescencia el número de visitas al médico o al psicólogo o al psiquiatra aumenten, lo cual no tiene mayor misterio. Los padres y familiares deben estar también preparados para enfrentar esta etapa en la que deben llenarse de amor y paciencia para ganarse la confianza del adolescente y lograr que él entienda que no está solo en este viaje. Tendencias a la depresión e incluso al suicidio pueden estar presentes y es el entorno social y/o familiar quien deben estar atento a las alertas para evitar estos desenlaces fatales. Finalmente es importante saber que en los adolescentes, es fundamental hacer énfasis en el impacto negativo que tiene el consumo de cigarrillo y alcohol sobre su condición, ya que son una población especialmente vulnerable, predispuestos a probar estas sustancias sin comprender el riesgo que puede significar para su vida. ¿QUÉ ES LO QUE PODEMOS HACER?: Recomendaciones para la persona con diabetes:

  • Actitud positiva; mantener una actitud positiva puede cambiar la percepción del mundo que te rodea y ayudarte a ser más feliz.
  • Implicación activa con tu tratamiento.
  • Si crees que no puedes hacerlo sólo, antes de derrumbarte y abandonar, ¡pide ayuda!
  • Muestra interés por los demás: por lo que hacen, dicen u opinan.
  • Si no estás de acuerdo ¡expresa tus pensamientos y sentimientos!
  • Ríete. Cuando la gente se ríe con frecuencia, asume con menos dramatismo los problemas y preocupaciones de la vida diaria, practícalo.

Recomendaciones para el cuidador de la persona con diabetes:

  • Ofrecer apoyo para proporcionar autoestima y autonomía a la persona con diabetes.
  • Castigos y exigencias iguales para hijos con y sin Diabetes. “no hacerlo sentir diferente y merecedor de concesiones a causa de la condición. Como por ejemplo: permitirle bajo rendimiento escolar, no respeto por horarios, derechos y deberes diferentes.
  • Comunicación continuada: es más positivo explicar algo que imponerlo.
  • Negociar y unificar criterios
  • Motivar al niño y/o adolescente le servirá para ganar autoconfianza.
  • Ser paciente, la persona diabética necesita cierto de grado de confianza para autoafirmarse y sentirse capaz de hacer cosas por sí mismo. Dale tiempo.
  • Información: Cuanto más sepas más y mejor podrás ayudar a tu hijo.
  • Compartir actividades para involucrarlos en el tratamiento: hacer deporte juntos, preparar una comida, si le propones compartirlas juntos se sentirá apoyado y conseguirás una mayor adherencia al tratamiento.

La adaptación a la Diabetes supone un esfuerzo que si se realiza en conjunto tiene muchas más probabilidades de éxito. La persona que padece la condición necesita cierto de grado de confianza para autoafirmarse y sentirse capaz de hacer cosas por sí mismo. (Estos textos en rojo me parece que son muy buenos para comunicación en redes) Entre los factores generales de riesgo presentes en las familias con pacientes con una enfermedad crónica como la diabetes, estarían la presencia adicional de enfermedades físicas o psiquiátricas en la familia, la existencia de abusos físicos, sexuales y/o emocionales, la criminalidad o adicción a sustancias por parte de los progenitores, la muerte y pérdida de seres queridos. Un adecuado sistema de apoyo social y familiar (tanto general como en particular relacionado con los aspectos de la DM1) parece contarse entre los principales factores que modulan, en estos pacientes, la presencia de mayor calidad de vida, mayor bienestar emocional (que incluye menor ansiedad y depresión), mayor autocuidado, mayor adherencia al tratamiento y control metabólico, más sentimientos de ser valorado y cuidado por otros. Los adolescentes con DM1 que viven en familias rotas, desestructuradas o monoparentales manifiestan más depresión y niveles más bajos de bienestar general. La presencia de relaciones hostiles o rechazo y la percepción de escaso apoyo emocional constituyen factores de riesgo ante una adecuada evolución de la condición. Estos pacientes presentan mayor clínica depresiva cuando perciben un menor apoyo específico por parte de su familia. Así, la presencia de intensos, duraderos y/o frecuentes conflictos parentales o intrafamiliares, desestructuración familiar, estilos parentales con una disciplina inconsistente o carente de claridad, exceso de rigidez o falta de flexibilidad familiar para adecuarse a las necesidades cambiantes propias de la infancia/ adolescencia o de las diferentes situaciones de enfermedad que se puedan crear (pautas nutricionales y de ejercicio, visitas ambulatorias, estancias hospitalarias, etc.) supondrán importantes factores de riesgo en esta población La expresión de sentimientos y emociones es siempre un magnífico medio de prevención y de salud psicológica. Siempre será el primer paso para afrontar cualquier problema. Te recomiendo que lo pongas en marcha y disfrutes de sus efectos.