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DIABETES Y DÍAS DE ENFERMEDAD

Las infecciones más comunes en niños y adolescentes diabéticos como la gripa o resfriado común, diarreas por diferentes causas (infección intestinal, parásitos, intoxicaciones alimentarias…) o gastroenteritis, infecciones urinarias y las enfermedades eruptivas de la infancia (sarampión,varicela, rubeola) con frecuencia pueden llegar a descompensar a los niños y adolescentes diabéticos. Cualquier enfermedad infecciosa puede en ocasiones complicar el manejo de la diabetes de un niño o de un adolescente. Si ya te sientes mal a causa de la infección puede ser que no notes estos cambios drásticos en los niveles de glucosa, por lo que debes tener especial cuidado en el automonitoreo. Durante una infección el cuerpo humano produce hormonas que te ayudan a combatir la infección pero que aumentan la glucosa en sangre. Por lo tanto en este tiempo aumentan las necesidades de insulina en tu cuerpo. Por otra parte algunos de los medicamentos usados en los tratamientos pueden aumentar la glucosa en sangre (esteroides, algunos inhaladores, jarabes endulzados con azúcares regulares). Adicionalmente, es frecuente que algunas de estas enfermedades infecciosas que producen vómitos, fiebre y diarreas te hagan perder el apetito o simplemente no toleres la alimentación normal y esto hace que se pueda disminuir la glucemia. El equilibrio entre estas dos situaciones de hiper y/o hipoglucemia puede hacer que tus niveles de glucosa se comporten como un yoyo y dificulten aún más el control adecuado de tu diabetes. Recomendaciones para los días de enfermedad:

1. Nunca omitir la insulina

Los diabéticos tipo 1 no pueden vivir sin insulina. Durante los días de enfermedad además las necesidades de insulina suelen estar incrementadas. Si la ingesta de alimentos disminuye, es posible que sea necesario administrar solamente la insulina basal y no las dosis bolo (que se aplican antes, durante o después de las comidas) En el caso de fiebre, se estima que las necesidades de insulina pueden aumentar hasta un 80%. En niños con bomba de insulina este factor puede ser fácilmente manejado con aumentos de las basales temporales. En niños con múltiples dosis de insulina, lo más útil puede ser mantener la misma dosis o aumentarla ligeramente y ajustar los bolos en función de la ingesta de alimentos y supervisados por el médico. En niños muy pequeños o bebés esta situación debe ser tratada con especial cuidado y en ocasiones en una clinica o hospital. En caso de glucemia por encima de los objetivos recomendados puede ser necesaria la administración de ajustes y/o correcciones de las dosis de insulina de acción rápida según el factor de sensibilidad (dosis de insulina necesaria para bajar la glucosa) que el médico haya recomendado.

  1. Hidratación frecuente

La deshidratación puede complicar el estado metabólico de las niños y adolescentes con diabetes que están padeciendo una enfermedad infecciosa, especialmente cuando la glucemia es alta y aparecen cuerpos cetónicos, por lo que es conveniente mantener una buena hidratación. En este sentido lo más recomendable suelen ser las soluciones de rehidratación oral disponibles en farmacias y especiales para los diabéticos cuando la glucemia está alta. En el caso de que la glucemia descienda pueden ser necesarias las bebidas azucaradas (jugo con azúcar, agua de panela, agua con azúcar o cualquiera de las mencionadas para manejo de la hipoglucemia). Es importante tener en cuenta que no se recomiendan las soluciones rehidratantes o energizantes que se encuentran en el mercado (gatorade, Vive 100, Red Bull…) por contener azúcar y electrolitos en cantidades no recomendadas para diabéticos.

3. Cuerpos cetónicos

Cuando los niveles de glucosa están arriba de 250 mg/dL en sangre, se elimina glucosa en la orina y el cuerpo empieza a utilizar otras fuentes de energía para mantener funcionando a las células. Como consecuencia se producen sustancias llamadas Cetonas o cuerpos cetónicos, que también alteran el funcionamiento del cuerpo y aumentan el malestar general. Existen tiras especiales para determinar estas sustancias. Medirlas puede ser necesario si los niveles de glucosa en sangre están por arriba de 250 mg/dL de forma mantenida sobre todo en pequeños pacientes. La medición de cuerpos cetónicos puede hacerse en orina o en sangre mediante el uso de determinados medidores especiales de uso casero que traen tiras reactivas para este fin. (abbot)

  1. Medicamentos

Los niños y adolescentes con diabetes pueden consumir medicamentos para tratar las infecciones al igual que las personas que no tienen diabetes. Es un mito creer lo contrario. Pero tener en cuenta que la duración de los tratamientos puede ser mayor que en las personas que no tienen diabetes y en ocasiones los antibióticos más específicos. Es frecuente que los médicos asuman que la cantidad de azúcar que contiene una dosis de un jarabe no sea significativa para causar elevación de la glucemia del paciente. Al respecto es importante aclarar que de por sí a pesar de ser pequeñas cantidades tienen impacto ya que estos jarabes son elaborados por la industria farmacéutica con olores y sabores llamativos para hacerlos aceptados por los pequeños pacientes que en ocasiones pueden caer en sobredosificación accidental por querer repetir la dosis y además el sabor azucarado le da avidez al consumo de más dulce. Afortunadamente, hoy en día existen en el mercado jarabes endulzados con endulzantes que no repercuten sobre la glucemia. Consulta con tu médico

  1. Minidosis de glucagón

Cuando la ingesta de alimentos está comprometida (vómitos) y se produce una hipoglucemia, una forma de tratar esta hipoglucemia puede ser siguiendo las recomendaciones para el manejo de hipoglucemia o en algunos casos sobretodo en pacientes lactantes o pequeños mediante minidosis de glucagón. Se trata de administrar cada 15 minutos pequeñas dosis de glucagón a través de una jeringa para que ayuden a mantener la glucemia. Para ello, el glucagón ha de reconstituirse siguiendo las instrucciones del medicamento y administrar en una jeringa convencional (de las que se utilizan para administrar insulina).

  1. Alimentación

¿Qué recomendaciones debes seguir durante estos periodos?

  • Es importante que junto a tus padres tengas preparado tu “plan para días de enfermedad” con antelación.
  • Acuerda con tu médico los cuidados generales que debes tener, qué y cuánto debes comer y cuando debes ir al hospital.
  • Automonitoreo de glucosa: Te permite detectar los cambios en los niveles de glucosa y tomar precauciones en caso de que se encuentren alterados. Se recomienda hacer mediciones de glucosa cada 3 ó 4 horas, según sea necesario.
  • No cambies la dosis ni horarios de tus medicamentos.
  • Es posible que requieras un ajuste en la dosis de tu tratamiento, pero solo tu médico debe indicar estos cambios.
  • Trata en lo posible de comer normalmente respetando los horarios de comidas de ser posible.
  • Si no tienes ganas de comer o no toleras una comida completa, debes comer pequeñas cantidades de alimentos aprobados en tu dieta cada hora.

Por ejemplo:

  • ½ taza de helado
  • ¼ taza de gelatina light o diet
  • ½ taza cereal
  • ¾ vaso de yogurt light
  • 1 taza de sopa
  • 1 rebanada de pan
  • ⅓ taza arroz
  • ⅓ taza de jugo
  • 1 taza pequeña de leche (si no hay diarreas)
  • ½ vaso de suero oral o bebida hidratante recomendada por el médico

Estos alimentos corresponden a 15 gramos de carbohidratos por porción. Es importante tomar una cantidad adecuada de líquidos ya que te puedes deshidratar fácilmente, especialmente los niños. Si no estás consumiendo alimentos sólidos, también debes consumir más líquidos y estos deben contener carbohidratos, como los mencionados previamente. Revisar niveles de glucosa y cetonas en orina.

  1. Cuándo consultar al médico u Hospitalizar

La mayoría de los pacientes diabéticos pueden controlarse la mayor parte del tiempo en casa, sin embargo, es importante acudir a valoración por urgencias si:

  • Tienes fiebre (temperatura mayor de 38.3° C) por más de dos días, sin mejoría a pesar del tratamiento.
  • No estás tolerando alimentos sólidos ni líquidos (especialmente niños muy pequeños)
  • Tienes vómito o diarrea por más de 6 horas, ya que hay riesgo de deshidratarse.
  • Las cetonas en orina o sangre están elevadas.
  • Continúas con glucosa en sangre mayor de 250 mg/dL a pesar de haber hecho los ajustes adecuados según tu plan de emergencia.
  • El nivel de glucosa en sangre se encuentra persistentemente por debajo de 70 mg/dL.
  • Hay síntomas severos como dolor de pecho, dolor importante de estómago, dificultad para respirar, fiebre muy alta que no mejora con medidas indicadas.
  • No puedes cuidarte solo, no ves bien o no tienes quien te ayude en caso de una emergencia.
  • Somnolencia importante fuera de lo común, si te sientes desorientado o confuso.
  • Ante una mala evolución, vómitos no controlables, empeoramiento del estado general o aparición de signos de cetoacidosis diabética (vómitos, dolor abdominal, deshidratación, hiperventilación, somnolencia,…) debes acudir a un centro hospitalario.